miércoles, enero 26, 2011

Aprendiendo a andar


Levántese de su asiento.
Para esta lección, lo primero a aprender es que no se puede caminar sentado o tumbado. Es necesario estar en pie, mirar a los lados, luego al frente y absorber el mundo tal y como entra por nuestros sentidos.

Aunque la función motora básica a describir requiere el uso de los miembros inferiores, esto no implica que debamos estar prestando constante atención a su comportamiento. Obviamente, si la tarea fuera compleja, la ayuda ocular sería positiva para la ejecución de la misma, pero dada la simplicidad de este primer ejercicio no es necesario. De hecho, el trasfondo de este ejercicio se destina no sólo a aprender a andar. Es necesario alzar la cabeza, es necesario enderezar la espalda, es necesario mirar al frente.

La operativa es simple. Desde su posición actual, sitúe un pie (derecho o izquierdo dependerá completamente de usted) en el suelo delante del otro pie, a la distancia prudencial comúnmente llamada “un paso”. Acto seguido desplace el peso de su cuerpo del pie que se encuentra atrasado hacia el que se encuentra adelantado.

Como comprobará, esto supone un pequeño cambio de perspectiva en su percepción del mundo. El ángulo de visión es ligeramente diferente, y, aunque la distancia es ínfima, también hay una ligera variación en la percepción del sonido. A esto se le llama “dar un paso”.

Para seguir andando simplemente repita la operativa descrita más arriba. No es necesario empezar desde cero, simplemente lleve el pie atrasado a una posición adelantada y vuelva a desplazar el peso. Volverá a cambiar ligeramente la perspectiva, aunque ya nos vamos acostumbrando a eso, ¿no?

El ejercicio consiste en dar unos primeros pasos, seguidos, uno detrás de otro. Poco a poco y disfrutando de cada cambio de perspectiva. Aprendiendo de cada paso.

Sea una palabra, un párrafo o una página, sigue siendo un paso.

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