jueves, agosto 18, 2011

Apatía, Antipatía, Patología


Apatía, Antipatía, Patología
----------------------------------------
Agosto 2011

-Usted lo que presenta es un cuadro de depresión clínica. Los síntomas están ahí.

-Je. Perdone doctor, no hace falta cobrar tanto para decirme lo que cualquiera sabe. ¿A ver, qué síntomas?

-Desgana generalizada, desinterés por el mundo, una sensación de desapego continuada.

-En otras palabras: Pereza. La vagancia natural a la que ya estoy acostumbrado.

-No, no, esto es mucho más. Es una situación clínica. Como ese sentimiento de tristeza general que no puede achacar a nada.

-¿Cómo que a nada? Le puedo relatar todas y cada una de las causas de mi tristeza. La primera, jugar con la idea de que un cambio inminente en mi vida pueda ser a peor, aunque tal y como están las cosas cualquier cambio sea para mejor. La segunda, el disgusto generalizado por sentirme excluido de una sociedad que parece no conocer los cánones más básicos de la decencia y el respeto, y que parece no entender cómo de fácil es todo el el fondo. Esto ocasiona autorrechazo por pensar que soy yo el que no es capaz de adaptarse al mundo. E incluye la sensación constante de que este planeta y esta especie tienen tantos defectos que es imposible hacer nada por corregirlos. Impotencia, tristeza, desagrado y rechazo hacia el mundo.

-Pero si se fija no ha dicho nada en concreto de las causas personales de su estado de ánimo. Se trata de una situación clínica generalizada, y sólo se puede tratar con unas pastillas. Vaya a ver a mi compañero que le hará las recetas.

-¿Recetas de qué? Si van a drogarme me gustaría saber con qué.

-Es un antidepresivo suave que le evitará a usted este estado de ánimo.

-Pero doctor, ¿Cree que es realmente necesario?

-Es imprescindible para su recuperación. ¿Cómo espera poder ser un miembro productivo de esta sociedad si no mantiene una actitud mental adecuada?

-No veo la necesidad la verdad. A día de hoy sigo realizando mi trabajo y produciendo en la sociedad, sin quejas por parte de mis supervisores. De hecho, más bien lo contrario. No creo que sea necesario drogarme para conseguirlo.

-Usted no lo entiende. Su química cerebral está desestabilizada. Hay que equilibrar su sistema para que pueda usted formar parte coherente de la sociedad.

-Pero doctor, si esto es sólo un mal trago. Acaba pasando y ya, como todos.

-¿Me dice que no tiene esta sensación de manera continuada? ¿Incluso en sus momentos de mayor felicidad?

-Bueno sí, pero..

-¡Sin peros! Queda dictaminado que usted no es un elemento coherente con la sociedad que le rodea. Es incapaz de conformarse, de aceptar la responsabilidad de ser uno más, de encajar dentro del sistema como una rueda más de la máquina. Necesita tratamiento de manera inmediata.

-Doctor espere un momento, ¿me está diciendo que si no acepto las pastillas de forma voluntaria...?

-¡Se le ingresará ipso-facto en una institución para desequilibrados mentales! ¡NO podemos permitir que un elemento se salga de las pautas de lo establecido! Debemos hacer lo necesario para que usted vuelva a ser feliz y productivo, para que vuelva usted a aceptar el lugar que le corresponde.

-Ay madre pa qué vendría yo aquí. En fin doctor, gracias por la charla, creo que es hora de que me vaya...

-¡Usted se queda aquí! ¡Debe formar parte del sistema! ¿A dónde cree que va? ¡No hay escapatoria! ¡No huya! ¡Guardia! ¡Guardia!

Soneto


Soneto
-----------------
Agosto 2011

El largo cuello que me atrapa
El dulce líquido que desliza
El trago amargo que amortiza
La última gota que escapa

Otra noche más que bebo
Otra noche más que busco
Otro cigarro de un pedrusco
Más que fumo y más que debo

Mil y un deudas por saldar
Mil caladas y un suspiro
Mil y un copas que tragar

Otra calada y me inspiro
Otra rima que esbozar
Otra deuda, mil y un tiros.